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Nuevo relato en la revista Ángulo Muerto: "Viaje al Oriente"


Érase que se era una muchacha llamada Pamela, que más engordaba cuando más rica y poderosa se hacía, como los villanos de las películas mudas. Aquella mañana se subía por las paredes porque algo la retenía en casa: el fornido albañil eslavo que había mandado el seguro, a pesar de su buen instrumental, no terminaba de echarle la lechada en el baño. Aburrida y temiendo mancharse, se fue al salón a ver un rato la tele: programaban en un canal infantil dibujos animados de niñas racializadas listas e intrépidas y niños blancos tontos y cobardicas. En el intermedio, le brotó una sonrisa al ver el anuncio de una que enjuaga la copa menstrual en el lavabo; luego pasaron otro en el que se vertía un líquido rojo  para la prueba de empapado de una compresa. Cambió de canal, pero allí también estaban en publicidad: un hombre taciturno de mediana edad mostraba a cámara unos calzoncillos con la raya de la canela para promocionar luego un detergente. En el siguiente alguien vertía sobre una superficie lisa un fluido blanco y viscoso. Primero intentaba limpiarlo con papel higiénico, pero solo conseguía extenderlo y liarla todavía más; después mostraba cómo aquellas toallitas húmedas sin olor eran capaces de apañarlo todo de manera eficiente. Pam decidió irse a vestir... Seguir leyendo