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Juancar: Orgullo y satisfacción


Después de unos cuantos años en los que no ha recibido más que burlas, críticas y desprecios, creo que vale la pena dedicar una breve entrada con buenos recuerdos del penúltimo rey. Recuerdos y agradecimiento.

Porque has hecho monárquica a España cuando ya nadie vivo recordaba a tu abuelo. Monárquica y no juancarlista, porque como dijo Errejón en un momento de lucidez, si nuestro país fuese republicano, votaría a partidos republicanos.

Porque has sabido caer bien, hasta cuando te acusaron de bohemio, por camaradería. Hasta cuando te afeaban tu aficción a la caza, o tus archienemigos querían deponerte cabalgando a lomos de tus yernos, fuiste capaz de sacar tu magia, y vencer mandando callar y callando a Hugo Chávez en una cumbre iberoamericana, metiéndose en el bolsillo a españoles e hispanos.‎

Por haber dejado al estado casi todas las propiedades que por derecho pertenecían a la Corona.

Por haberte prestado a inaugurar la tristemente pionera estatua del lamentablemente poco recordado Blas de Lezo en Madrid, con los galones supremos de la Armada Española.‎
Porque has sabido representar a tu país en el extranjero de manera más efectiva que cualquier presidente del gobierno... Y otros monarcas en otras tierras, mucho menos criticados que tú.‎

Porque, aunque quizás a veces hubieras tenido que significarte, tu simple referencia involátil consigue molestar por sí misma a quien quiere romper España de cualquier modo.‎
Y por último, por apoyar siempre a nuestro deporte allende el fútbol y noticiables, sin protocolos... Por supuesto, no podías ser discretamente aficionado a otro club que el Atlético de Madrid, aquel que mejor representa la historia y el espíritu brabucones y virtuosamente pírricos del pueblo español.